De Pablos e Hijos

El control de calidad: clave en nuestro proceso

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calidad-en-la-produccion-de-bisuteria-y-fornituras-metalicasPerseguir el perfeccionismo, lograr que cada producción responda a un trabajo realizado con mimo y con todos los medios disponibles para garantizar su calidad. Esas son las bases sobre las que se asienta nuestro control de calidad que, lejos de ser únicamente un mecanismo de garantía, supone auténtica filosofía de producción.

De Pablos no solo utiliza los mejores materiales y los trabaja según sus características particulares de cada uno aplicadas a cada diseño.  Además, nuestra actividad está marcada por garantizar que cada pieza reúna la máxima calidad. Un aspecto para el que no solo es importante que el acabado sea el deseado sino, incluso, que se mantenga en el tiempo a pesar de su uso. Precisamente por esta manera de entender la producción con metales, la calidad es uno de los valores diferenciales de más de cuarenta años al servicio de las marcas de moda de lujo.

Quizás porque nuestra actualidad está marcada por un pasado artesanal, todavía hoy no solo se mantiene ese valor manual en la producción sino que además es fundamental en lo que respecta a la calidad. Una auténtica búsqueda por el mimo de cada pieza para la que hemos optimizado un proceso de control interno que avala la calidad de cada una de las piezas que realizamos. El compromiso con el detallismo de cada pieza que, a pesar de la modernización de nuestro taller, se realiza de manera manual para garantizar que responde a las expectativas de cada cliente.

Nuestro protocolo interno de control de calidad se establece para cada etapa de fabricación. Así, cada una de las piezas que generamos en nuestras instalaciones pasa por diferentes filtros de calidad en cada uno de los pasos, comprobando por ejemplo si la simetría de la pieza se cumple de manera fidedigna al prototipo tanto en sus zonas visibles como en las que no lo son. De esta manera, es posible controlar que cada pieza responde en cada uno de sus pasos a los estándares exigidos. Un control que facilita, en un momento dado, retirar piezas de la cadena de producción a tiempo de volver a producirlas (optimizando nuestro tiempos de fabricación pero, también, la rentabilidad de cada producción) o, incluso, lotes completos (un protocolo que ponemos en marcha cuando se detecta, así sea en una única pieza del lote, un fallo en el baño o en la oxidación de la pieza).

A pesar de estos controles puntuales de cada etapa, el último paso de nuestro protocolo de calidad se realiza en la mesa de empaquetado. Una vez finalizados todos los procesos de producción de cada pieza, se revisa una a una antes de ser enviadas al cliente.

Un último chequeo que garantiza que todas las piezas, ya sea una cantidad grande o pequeña, cumplen con el compromiso de calidad que nos distingue.

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